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“No reemplazar un molar perdido: Un error común con graves consecuencias”

Spoiler de complicaciones

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Cuando un paciente pierde un molar, es común que no sienta urgencia por reemplazarlo; 🦷 después de todo, no se ve al sonreír y todavía se puede masticar. Sin embargo, en odontología, la pérdida de un molar no es un evento aislado sino el inicio de una serie de desequilibrios funcionales en cadena que afectan a toda la dentición.

¿Qué sucede en la boca cuando falta un molar?

La boca funciona como un sistema interconectado, cada diente tiene una función específica y mantiene relaciones de contacto con los dientes vecinos y los del arco opuesto. Cuando uno falta, este equilibrio se rompe.

  1. Migración dentaria: los dientes vecinos tienden a moverse hacia el espacio vacío. Esto puede provocar inclinaciones, apiñamientos y pérdida de contacto interdental, lo que dificulta la higiene.

  2. Caries y/o enfermedad periodontal: Favorecimiento a la aparición de estas enfermedades.

  3. Extrusión del antagonista: el diente opuesto al perdido desciende (o asciende, si es inferior) al no encontrar resistencia o contacto al masticar. Esto altera la mordida y genera interferencias oclusales.

  4. Sobrecarga funcional: los dientes restantes asumen el trabajo del que falta. Esto puede llevar a desgaste prematuro, fracturas de esmalte o incluso movilidad dental en casos más avanzados.

  5. Alteraciones en la ATM: la descompensación de la mordida puede impactar directamente en la articulación temporomandibular, generando síntomas como chasquidos, dolor muscular o limitaciones al abrir la boca.

  6. Reabsorción ósea: el hueso donde estaba la raíz del molar comienza a reabsorberse al no recibir estimulación funcional. Con el tiempo, esto dificulta la colocación de implantes al haber déficit de hueso alveolar circundante.

¿Qué se puede hacer?

La solución más efectiva es la reposición temprana del diente perdido. A medida que pasa el tiempo, el problema se complejiza necesitando tratamientos de ortodoncia y de regeneraciones óseas por ejemplo, encareciendo los costes y alargando los tiempos de tratamiento 🕣.

En resumen, perder una muela no es algo menor. Aunque no duela ni se vea, sus consecuencias pueden comprometer la salud general de tu boca. Si estás en esta situación, te recomendamos una evaluación odontológica lo antes posible 👩🏻‍⚕️. La prevención y el tratamiento temprano son claves para evitar complicaciones mayores.

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